El FC Barcelona firmó una de esas noches inolvidables en Montjuïc, al vencer 4-3 al Celta en un auténtico partidazo que se decidió en el minuto 98. Raphinha transformó un penalti provocado por Dani Olmo y selló una remontada que podría ser clave en la lucha por el título.
El encuentro fue una montaña rusa de emociones. Borja Iglesias silenció el estadio con un espectacular hat-trick que puso el 1-3 en el marcador, haciendo temblar las aspiraciones azulgranas en LaLiga. Pero el Barça reaccionó con carácter y fútbol, y con una actitud de campeón logró empatar el encuentro y forzar ese penalti final que desató la locura.
Como ya ocurriera en Leganés, la suerte volvió a sonreír al equipo de Hansi Flick, pero esta vez con una dosis de épica y sufrimiento que lo hacen aún más especial. Con esta victoria, los culés mantienen viva la carrera por el triplete.
La próxima parada es de alto voltaje: el sábado, ante el Real Madrid, hay mucho más que tres puntos en juego. Hay un título en disputa.
Tal como ocurrió en Leganés, el Barça volvió a encontrar el gol salvador en el tiempo añadido, demostrando que no piensa rendirse en su lucha por los títulos. Con esta victoria, los azulgranas siguen metidos de lleno en la pelea por LaLiga y mantienen viva la esperanza del triplete.
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